Orgullo y modestia en la final de la Copa América 2024

El domingo el partido de Colombia contra Argentina por la Copa América comenzó tarde porque hubo altercados a la entrada del estadio en Miami. Una colatón de hinchas provocó problemas logísticos que luego se volvieron pelea. Más tarde, perdimos el partido en tiempo extra.

Juliana Rodríguez Pabón
4 min readJul 18, 2024

Acá en Colombia tampoco faltó la violencia de siempre — que, diría yo, más que ser provocada por el fútbol, usa al fútbol como excusa — . Y con la desilusión por haber perdido, llegaron el regaño y la cantaleta: “Colombia todavía no sabe ganar”, “mejor no ganamos, si así fue perdiendo, quién sabe qué habría sido de nosotros de haber ganado”, “se habría acabado el país”. Y luego llegó el biensabido — y muy colombiano — autoflagelo: “No nos lo merecíamos”.

Ni la Copa América ni ningún torneo deportivo es un sistema de castigo y recompensa para premiar o reprobar la conducta de las naciones. El fútbol es de destreza y suerte. Es por esto que los jugadores se concentran y entrenan. Y es por eso también que los y las hinchas practicamos las cábalas y los agüeros, sabemos que algo de eso, de magia, se necesita para ganar, pues hemos visto que el resultado no siempre es justo, no siempre gana el mejor. Así es que no se trata de justicia, mucho menos de merecimiento.

(Si fuera una cuestión de merecer, tendríamos que decir absurdos como que la colatón de hinchas colombianos habría probado que éramos los merecedores de la Copa, pues quien más merece la comida es quien más hambriento está. O, con más rigor, podríamos también decir que por supuesto que no nos lo merecíamos, pues ni el de la tribuna ni quienes estábamos viendo el televisor jugamos fútbol. O también podríamos decir que Colombia lo merecía más, pues hace más tiempo que no gana nada).

Ese “no nos lo merecíamos” es costumbre en este país puritano en el que la humildad, el ahorro y la modestia — esas pequeñas virtudes — son consideradas cualidades deseables. Nos gusta merecernos las cosas, haberlas sufrido. El orgullo es considerado un vicio tan reprochable que, por ejemplo, ha impedido que algunos voten por un candidato tan solo porque es orgulloso. Es muy fácil ser soberbio en Colombia, basta con ser bueno en algo y saberlo. Aquí, entonces, la excelencia es fácilmente percibida como altivez.

Los deportes se tratan, justamente, de la excelencia. Se tratan de, a través de la destreza y la suerte, alcanzar la gloria. En pocas profesiones se puede decir quién es el mejor del mundo. Los deportes, en cambio, han inventado los torneos para eso: para definir quién es el mejor. Ningún modesto, pues, puede pretender ser el mejor. La gloria es abundante y absoluta, el mejor del mundo o del continente excede a los demás. Y para serlo, debe saberse el mejor.

Es justo esto lo que les hemos criticado tanto a los argentinos — tal vez porque es algo que les envidiamos — : esa certeza de que ganarán. Hay incluso a quienes la mezquindad les alcanzó para no alentarlos contra Francia en la Copa del Mundo (otra actitud muy colombiana, por cierto). Hemos dicho que son creídos y hemos tenido razón, lo son: creen, tienen fe, saben que son los mejores. En lo que nos hemos equivocado es en pensar que eso es un vicio que les debemos reprochar en vez de una virtud de la que podríamos aprender. Si fuéramos capaces de admirar al rival, podríamos aprender de él algo de orgullo y dignidad — una palabra muy de moda en Colombia pero una actitud muy castigada — .

Tal vez somos un país acostumbrado a perder en todo y por eso somos capaces de celebrar la pérdida, de aliviarnos con la derrota, de decir “menos mal no ganamos” sin miedo a que decirlo nos traiga peor suerte. No es cierto que no estemos preparados para la victoria, puesto que solo ganando se aprende a ganar. Así es que, al contrario, ahora es cuando. Tendrá que ser pronto, a la próxima.

Jugadoras de la Selección Colombia sub-20 que jugarán la Copa del Mundo este año.

--

--

Juliana Rodríguez Pabón
Juliana Rodríguez Pabón

Written by Juliana Rodríguez Pabón

Escribo de películas y series. No me paro del sofá.

No responses yet