Sobre una nueva venganza femenina en la televisión

Tres series de los últimos años muestran una nueva venganza femenina al engaño de los hombres. Esta es mi lectura de “The Morning Show” (Apple TV+), “The Undoing” (HBO) y “Anatomía de un escándalo” (Netflix).

Juliana Rodríguez Pabón
6 min readOct 3, 2022
Recuadro de The Morning Show

En el 2019, Apple TV+ lanzó como parte de su catálogo para debutar como servicio de streaming la serie The Morning Show, protagonizada por Jennifer Aniston, Reese Witherspoon y Steve Carell. En ella, Aniston y Carell interpretan a Alex y Mitch, los dos presentadores principales del programa matutino de noticias que le da el título a la serie. En la primera temporada, Mitch es acusado de “sexual misconduct” por varias mujeres que trabajan en la producción del programa. El personaje de Witherspoon es Bradley, una joven reportera comprometida con “revelar la verdad a América” y que será la elegida para reemplazar a Mitch.

Al año siguiente, HBO estrenó The Undoing. En esta, Nicole Kidman interpreta a Grace Fraser, una psicóloga que está casada con un exitoso oncólogo infantil, Jonathan, interpretado por Hugh Grant. Grace y Jonathan se verán envueltos en la investigación por el homicidio de Elena, una joven madre cuyo hijo estudia con el de ellos en un colegio privado. Durante el curso de la investigación, Grace se enterará de que su esposo sostenía un romance con Elena y este se convertirá en el principal sospechoso del asesinato.

Este año, Netflix lanzó la miniserie británica Anatomía de un escándalo. Sienna Miller interpreta a Sophie Whitehouse, otra mujer engañada por su marido, James, miembro del Parlamento por el partido conservador. En el primer episodio, James debe confesarle a Sophie que tiene un romance con su asistente, pues le han informado que la prensa publicará la noticia de su infidelidad. Pero esto no será todo: la asistente y amante de James lo está acusando de violación. Sophie tendrá, entonces, que interpretar el papel de esposa abnegada durante el juicio de su marido. Michelle Dockery interpreta a Kate Woodcroft, una fiscal del distrito comprometida con los derechos de las mujeres, quien será la que tome el caso de James.

En las tres series hay una dupla de hombre y mujer en la que la segunda es engañada por el primero. En dos casos se trata, en principio, de una infidelidad del marido a su esposa. En todo caso, en las tres series hay una primera revelación que demuestra que han sido engañadas por el hombre en quien más confiaban. En las tres, las mujeres deben darse cuenta de que en realidad no conocen al hombre que tienen al lado.

Ninguna de las tres protagonistas es la víctima directa del hombre que las ha engañado. El agravio de sendos hombres hacia ellas es, en principio, contra su inteligencia. En The Undoing, por ejemplo, vemos a Grace (Kidman) descifrar en su consultorio la psicología de sus pacientes, mientras que es ciega ante lo evidente cuando se trata de su familia: su esposo no solo es un adúltero sino que también probablemente sea un asesino.

Y aunque no sean ellas las víctimas directas, sí son las que maquinan la venganza. Es una venganza sorora, en la que el hombre debe pagar no solo por el engaño a su esposa y amiga sino por el crimen (el abuso, el feminicidio) que cometieron contra las otras. Acá no uso la palabra “sorora” como a veces suele usarse: “complacencia con las otras mujeres”. Tampoco la uso en el sentido del “yo también”. Las protagonistas de esta serie entienden que si bien han sido engañadas, no son víctimas de los hombres en la misma medida en la que lo son las otras. No es que se pongan en los zapatos de la otra, es que al saberse engañadas por los hombres, pueden considerar el dolor de las otras mujeres e interesarse por su verdad. O tal vez es cuando consideran a las otras que pueden sentirse al fin lúcidas.

En Anatomía de un escándalo, Sophie (Miller) pone atención al testimonio de la víctima de su marido. Al escucharlo, empiezan a venir recuerdos del pasado, de cuando ambos estaban en la universidad y empezaban a enamorarse. Recuerda a una amiga de ella que dejó la universidad después de haber sido víctima de una violación y cuya historia se parece a la relatada por la asistente de su marido. Así, considerar a las otras mujeres —a la asistente, a la joven estudiante — y su historia es lo que termina de sacar a Sophie del engaño. Y es también verse a sí misma por fuera del lugar de la víctima lo que le permite maquinar una venganza. (En otras series sobre nuevas venganzas femeninas, esta no ha sido maquinada sino que ha sido presentada como un acto de cuidado entre mujeres, simplemente como defensa de la otra. Este es el caso de la primera temporada de Big Little Lies, en el que una mujer asesina al abusador y maltratador de otras dos. Allí también es la que se concibe por fuera del papel de víctima la que puede ejercer la violencia contra el violento).

Y es por esta consideración de las otras mujeres, a lo que me refiero cuando uso la palabra “sororidad”, que la venganza femenina que imaginan estas series se hace necesariamente en complicidad con otras mujeres. Al darse cuenta de que su marido es culpable de lo que se le acusa, Sophie (en Anatomía de un escándalo) y Grace (en The Undoing) piden ayuda a alguna amiga y conspiran cada una con la fiscal para desenmascar a los hombres. En The Morning Show, Alex (Aniston) y Bradley (Witherspoon) compiten entre ellas y se traicionan cada una en favor de su carrera profesional y de sus principios éticos. Sin embargo, en el último episodio de la primera temporada, asistimos a una confabulación entre ambas que se da de manera casi natural e improvisada en el momento de la transmisión del show. Ambas han entendido que los hombres, ya no solo Mitch (Carell) sino también los que presiden la cadena televisiva, deben pagar con su imagen y reputación. La venganza se hace en nombre de otra y en complicidad con la amiga e incluso con la rival.

En los tres casos, la venganza debe salirse del orden de justicia tradicional (aunque dos de ellas se den en la corte). Los hombres de The Morning Show y el de Anatomía de un escándalo tienen en común que no son conscientes de su agravio: no ven nada de malo en lo que han hecho y no lo conciben como un abuso (tal vez solo aceptan la culpabilidad del engaño a su esposa y a su amiga, mas no el abuso del que se les acusa). Esta ignorancia de la naturaleza de los propios actos es la que termina por delatarlos. Las mujeres, que han descubierto no solo el engaño sino también el agravio a las otras, se valen entonces de un secreto para llevar a cabo la venganza.

Además de ignorar la violencia de sus actos, los hombres confían en la ingenuidad y en el silencio de las mujeres. Olvidan que han depositado en ellas todos sus secretos. Las tres saben algo del hombre que las ha engañado, las tres han guardado los secretos del hombre por años, y las tres usarán esos secretos. Así, estas mujeres logran llevar a cabo una venganza que no es a costa de sí mismas, como sí lo han sido otras famosas venganzas que hemos visto en la televisión, en el cine y en la vida. En Kill Bill vol I. y II., tal vez las películas más populares sobre venganza femenina, “la novia” debe dedicar su existencia completa a maquinar y llevar a cabo su venganza. En otras búsquedas de justicia femenina como el escrache, las mujeres ponen en riesgo su propio nombre y son revictimizadas con frecuencia. Las protagonistas de estas tres series logran vengarse sin ponerse en riesgo a sí mismas.

Como decía, las tres se valen de un secreto, de algo que saben sobre los hombres: un trato que hicieron entre caballeros (en The Morning Show), una oscura historia familiar (en The Undoing), un crimen de juventud (en Anatomía de un escándalo). Las mujeres se vuelven delatoras y con esto no solo salvan su nombre al tiempo en que dañan el del hombre, sino que le demuestran que sí lo conocen. Con esto, hay un orden que se restablece: el de la inteligencia de las mujeres. Y más: el de su perversidad.

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Juliana Rodríguez Pabón
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Written by Juliana Rodríguez Pabón

Escribo de películas y series. No me paro del sofá.

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