Series de crimen 2017: The Sinner
*escrito en febrero de 2018
En el primer capítulo de The Sinner, Cora Tanetti, la protagonista, interpretada por Jessica Biel, asesina a acuchilladas a un joven un día en la playa delante de todas las personas que estaban ahí. Desde el primer capítulo sabemos quién es el culpable: hay una confesión y hay testigos, entre ellos, nosotros mismos, pues hemos visto la escena del asesinato. No hay duda. La policía cree, entonces, que no hay misterio. Sin embargo, un detective ve lo misterioso del caso. Igual que nosotros, que hemos visto un poco la vida de Cora, el detective Dan Leroy, interpretado por Dohn Norwood, se pregunta por qué una mujer con una vida aparentemente normal comete un asesinato a plena luz del día en frente de su familia y amigos.
El misterio, entonces, se transforma: ya no gira en torno al quién sino al por qué. La figura de este detective es distinta: Leroy está más estimulado por el enigma que por la búsqueda de la justicia, o de una verdad. Esto me recordó un poco a Mindhunter, en la que los detectives no están resolviendo crímenes sino que están intrigados por los criminales mismos, investigan sus razones. Normalmente en los policiales, el motivo lleva al culpable. Acá, el culpable lleva al motivo.
Como ha cambiado la pregunta, cambia la investigación. No se trata ya de salir a interrogar, ni a buscar testigos; se trata ahora de escarbar, de adentrarse en la mente del criminal (de nuevo, como en Mindhunter). Tiene sentido, entonces, que gran porcentaje de las escenas sean recuerdos de Cora, pues ella misma encarna el misterio y en su historia está la respuesta. Se vuelve investigadora, intrigada por el misterio que ella misma significa, ella quiere también entender. Es misterio y es detective.
Cora hurga en su memoria y tiene flashbacks cortos y confusos. Sus recuerdos dan pistas falsas, hay capítulos en los que creemos una cosa que luego se derrumba. Su memoria cambia personajes, reprime algunas partes de la historia y se inventa otras. Y como ella misma es el misterio y su memoria da las pistas, la investigación (y con ella, la historia, el hilo narrativo) se desvía varias veces, toma distintos rumbos que no llevan a nada y vuelve a empezar. Cuando la estaba viendo, me molestó un poco esto. Me molestó que mostraran situaciones y testigos que no servían de nada y que no aportaban a la resolución del misterio, me molestó que nos engañaran en cierta medida mostrándonos pistas falsas. Si el público, a la vez que Cora y a la vez que Leroy, juega el papel de detective cuando ve un policial, debe tener toda la información. Me molesta cuando en algunas películas hay un giro al final, una resolución del misterio, que el público nunca hubiera podido ver porque se le ocultó información, se le engañó. Yo me sentí un poco engañada cuando vi que la mente de Cora había modificado sus recuerdos.
Luego pensé que precisamente así es la investigación de un crimen: se acaba muchas veces y vuelve a empezar. Y así funcionan también la mente humana y la memoria: hay cabos sueltos, caminos sin salida; no es redonda, como las historias que me gustan. Así, The Sinner logra ponerme a mi misma en la situación incómoda del detective, que fracasa varias veces, y en la posición frustrante de Cora, que no conoce su propia historia, que sabe que en su pasado está la respuesta pero no sabe de qué se trata, no sabe qué le pasó.
La resolución del misterio (¡spoiler!):
En las escenas del pasado de Cora, vemos momentos de su infancia y su adolescencia. Nos enteramos de que tiene una madre religiosa y maltratadora y una hermana enferma, Phoebe. Su madre la culpa siempre de la enfermedad de su hermana y no deja que Phoebe salga nunca de la casa. En un primer momento de la serie podría uno pensar que el título remite al crimen, que ese es el pecado. Pero al ver su pasado, vemos que Cora siempre fue tildada de pecadora por su mamá, el pecado ha ocurrido ya antes del crimen: su vida con su hermana. Cora crece con culpa, su madre la intimida y la matonea. Y el recuerdo que tiene reprimido es el que da origen al asesinato y el que resulta ser el mayor pecado: sacar a la hermana de la casa, dejarla vivir. En ese dejarla vivir, su hermana muere, y Cora es secuestrada para hacerle olvidar lo que vio. Ella se convierte, además de misterio y detective, en víctima. Es víctima de su madre y víctima de quienes le han borrado la memoria. Hay, entonces, otro crimen que antecede al asesinato: el maltrato de la madre y el secuestro. Esto me recuerda a Big Little Lies, en la que creemos estar tras un crimen y en realidad estábamos descifrando la verdad sobre otro. Al final, buscando el motivo, encontramos otros culpables y otros crímenes (hay también un tema de tráfico de drogas y de chantaje en la serie del que no hablaré acá, pero son otros de los crímenes que salen a flote con la resolución del misterio que es Cora). Sin embargo, a diferencia de Big Little Lies, en la que el asesinato es justicia; en The Sinner, el crimen es solo sin sentido, es trauma. Al final, el asesinato es repetición del recuerdo reprimido, es el recuerdo intentando salir, pero no acarrea ninguna justicia ni trae ningún alivio más del de resolver el enigma.
**Algo que no me gustó: la historia personal del detective Leroy. No sirve para nada en la trama, salvo para mostrar cómo todos tenemos traumas y somos asesinos potenciales, que es algo que igual queda claro con la historia de Cora.
**Y otra cosa: el final es forzado. Yo no quedé satisfecha con la resolución del misterio, pero disfruté el misterio mismo. Muchas veces la historia promete un misterio tan grande, que cualquier respuesta es decepcionante, creo que es el caso.