Series de crimen 2017: Big Little Lies

Juliana Rodríguez Pabón
4 min readApr 2, 2019

--

*escrito en febrero de 2018

Big Little Lies no es una serie policial. Sin embargo, hay un crimen y unas personas investigándolo. Durante toda la serie no sabemos quiénes son la víctima y el victimario, pero sabemos que están entre los protagonistas. Así, el público está también investigando.

Las protagonistas son cinco madres. La historia empieza con la llegada de una de ellas, Jane Chapman (interpretada por Shailene Woodley) con su hijo Ziggy a Monterrey, un pueblo en California. Con Jane, llegamos nosotros, el público. Cuando ella llega ya hay unas tensiones en Monterrey de las que ella se tiene que poner al día, igual que nosotros. Se parece a cuando en el teatro se abre el telón y ya la historia ha empezado, ya los personajes están haciendo algo, entramos a la mitad de la acción. En la serie, de hecho, se abre un telón al principio de la mayoría de capítulos, se abre el telón y está el mar.

Jane representa un misterio para los habitantes de Monterrey, no es rica y es madre soltera. Se hace amiga de dos mujeres: Madeline (interpretada por Reese Witherspoon) y Celeste (interpretada por Nicole Kidman). Tras contarle su pasado, Jane y sus amigas se vuelven investigadoras de un misterio: el padre de Ziggy. No saben bien para qué lo buscan, quieren una verdad, pero no están seguras de si quieren justicia ni de cómo la conseguirían.

En el primer día de colegio, Ziggy es acusado de asfixiar a una niña, Anabella. La niña es hija de Renata (interpretada por Laura Dern), una de las mujeres más populares de Monterrey. Renata, entonces, se vuelve enemiga de las tres amigas, que defienden a Ziggy. Las madres se obsesionan con este, que sería el segundo misterio: quién maltrata a Anabella.

Como ya dije, desde el primer capítulo sabemos que ha habido un asesinato en Monterrey. Los siete capítulos de la serie nos llevan de la llegada de Jane al crimen. Paralelo a la investigación de los dos misterios (el del padre de Ziggy y el del agresor de Anabella), se nos muestra la investigación del crimen, que consiste en entrevistas que hacen los detectives a los habitantes de Monterrey. Estas personas se convierten en el coro de la serie. Todos son feos y menos exitosos que las protagonistas, son personas realmente irrelevantes. En las entrevistas se dedican a juzgarlas a ellas y a sus vidas. El chisme es un elemento principal de la narración. Ellos son los que nos ponen al día de las tensiones entre las mujeres poderosas de Monterrey. Nos enteramos de sus problemas matrimoniales. Sabemos, gracias a ellos, que el exesposo de Madeline tiene una nueva familia, está casado con Bonnie (interpretada por Zoë Kravitz), que es la mujer perfecta y tiene una relación complicada con Madeline.

Cuando vi esta serie me sentí en un teatro: hay un telón y un coro. El coro nos hace creer que los chismes que cuentan llevarán a la resolución del misterio del asesinato. Pero a medida que pasan los capítulos nos damos cuenta de que no saben nada. Hay capítulos en los que no ocurre nada, no avanza la investigación. Solo nos enteramos de algo nuevo, pero nuevo solo para nosotros, porque muchas cosas ya habían pasado incluso antes de la llegada de Jane. Ya todo había pasado o estaba pasando cuando nosotros, el público, llegamos.

Hay, en la serie, además, una conciencia de su teatralidad. Los personajes se ven insertos en este teatro y empiezan ellos mismos a dirigirlo. Los niños, sobre todo la hija de Madeline, Chloe, dirigen la banda sonora. Chloe sube o baja el volumen según el ambiente en su casa. Hay una escena en la que incluso se pregunta qué canción es adecuada para la situación. La rueda de prensa que deben dar los detectives es en sí misma una puesta en escena también. Y al final, las protagonistas mismas crean ellas una historia de la que son personajes, las cinco son coautoras de un teatro en el que actúan.

-SPOILER-SPOILER-SPOILER-SPOILER-SPOILER-SPOILER-SPOILER-

Todos los capítulos de Big Little Lies nos dirigen al capítulo final, a la escena del crimen. Ocurre algo distinto a la mayoría de ficciones de crimen que he visto. En estas, el detective está buscando una verdad, que suele ser la resolución del misterio, y con el descubrimiento del culpable, viene la justicia. En Big Little Lies, en cambio, las verdades anteceden al crimen y el crimen mismo es la justicia. Durante los siete capítulos de la serie ha habido tres misterios principales que tienen una sola resolución. Estas mujeres creen estar resolviendo distintos enigmas, y al final tienen todos la misma respuesta. Y ante esta revelación, el descubrimiento de la verdad, cometen un crimen conjunto y guardan el secreto, crean otra versión.

Y como en una tragedia griega, este crimen (¿sacrificio?) restaura el orden. El asesinato se comete, además, en el mismo momento del perdón. Cuando todas pueden ver la verdad, se reconcilian entre ellas, y en esa reconciliación, en el perdón, asesinan al culpable. La verdad, entonces, no es la que buscan los detectives de la serie, ni los habitantes de Monterrey, sino la que están buscando ellas, la verdad sobre sí mismas. Ni los detectives ni el coro sabe nada porque no es de ese misterio del que se trata la serie. Al final, las vemos a ellas, amigas ahora, en la playa con sus hijos. Lo último que vemos es a ellas a través de unos binoculares. Me pregunto quién las está viendo y creo que tal vez somos nosotros, el público, que somos los testigos reales, que sabemos la verdad y que les guardamos el secreto.

Esta imagen es de Edipo Re, película de Pasolini. Acá Edipo se ha sacado los ojos después de que se le ha revelado la verdad. Él investigaba distintos enigmas y al final todos tenían la misma respuesta: él mismo.

--

--

Juliana Rodríguez Pabón
Juliana Rodríguez Pabón

Written by Juliana Rodríguez Pabón

Escribo de películas y series. No me paro del sofá.

No responses yet