El hombre herido

Juliana Rodríguez Pabón
4 min readJun 20, 2019

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El hombre está herido y cojea o se toca la herida. No se queja, sufre en silencio. La mujer lo ayuda a sentarse o a recostarse y en estas el hombre gruñe. La mujer toma un botiquín o lo que tenga a la mano y le aplica algo en la herida. Arde. El hombre se aleja. Ella vuelve a acercarse. Lo vuelve a intentar y el hombre esta vez se queda quieto. Se miran y se enamoran.

Charlot (Charlie Chapiln) se somete a distintos trabajos, entre ellos una competición de boxeo de la que sale herido, para reunir dinero y así salvar a su amada en City Lights (1931), de Charlie Chaplin.

El hombre está herido, a veces por amor y a veces por estupidez, y la mujer, enternecida por su valentía o por su torpeza, lo cuida y lo cura y entonces se enamoran.

Cuando Diane Court (Ione Skye) sorprende a Lloyd Dobler (John Cusack) en su entrenamiento, él es herido en la nariz en medio del ring. Ella, entonces, mientras él se pone hielo en la herida, le declara su amor. De la clásica ochentera Say Anything (1989), de Cameron Crow.

Cuando empecé a poner atención a esta escena que es un lugar común en tantas películas, pensé primero que era otra señal del amor maternal que muchas veces los hombres buscan en las mujeres. Las mujeres son educadas para los cuidados y los hombres para herir, pensé. Y las películas son parte y reflejo de esa educación para el amor. Los hombres buscan una madre en la amada. Ellos se pelean, hieren, penetran, y ellas cuidan, curan, acogen.

En Átame (1990), de Pedro Almodóvar, Ricky (Antonio Banderas) rapta a Marina (Victoria Abril) y la tiene secuestrada para que se enamore de él. Un día sale a comprarle a ella una medicina y es golpeado en la calle. Marina le cura las heridas y, en el proceso, por fin se enamora de su secuestrador.

Mientras Marina cura a Ricky en Átame, él le cuenta sobre la última vez que vio a su madre, cuando era niño. Ella, llena de lástima, le da un beso cuando termina su relato. Luego tienen sexo. Marina parece ahora tener una necesidad apasionada de darle a Ricky los cuidados que le hicieron falta de niño. Sin embargo, antes de esta escena ha sido él quien la cuida a ella. Durante el secuestro él la ha alimentado y le ha cuidado un dolor de muela. Esto me hace pensar que pueda haber algo más ahí además de la simple búsqueda del cuidado maternal.

En El Jorobado de Notre Dame (1996), la película animada de Disney, Esmeralda se enamora de Febo cuando lo ve herido por defenderla a ella y a Quasimodo. Lo cuida en la iglesia.

La escena del hombre herido y la mujer que cura habla no solo de lo que los hombres buscan en las mujeres, sino también del amor en general. La gitana Esmeralda solo siente la necesidad de cuidar a Febo en el Jorobado de Notre Dame cuando ha visto lo que él está dispuesto a hacer por ella. Hay en este amor un sacrificio que se premia con los cuidados femeninos.

En el clásico de Charlie Chaplin, City Lights, una mujer ciega cree que un millonario la está salvando al darle el dinero que necesita para no morir en la miseria. En la escena final de la película, ella se da cuenta de que no se trataba de un millonario sino del vagabundo Charlot, que ha pasado un tiempo en prisión por ella para salvarla de la pobreza. Al reconocerlo, la amada se enamora, pues el sacrificio que ha hecho Charlot lo hace merecedor de su amor. Además de sacrificio hay, entonces, salvación. El hombre y la mujer, ambos, deben sentir que salvan al otro, por eso la herida y por eso la cura. Y en esa salvación, ambos están dispuestos a sacrificar su cuerpo.

En Juego de gemelas (1999), también de Disney, una pareja de exesposos se reencuentra después de no haberse visto durante 11 años. Él, al verla, se cae a la piscina y se lastima una ceja. Ella cura la pequeña herida mientras se ponen al día sobre sus vidas.

El amor en la escena del hombre herido es maternal, sí. Pero es también, al fin, parejo. La mujer que cura es una madre, sin duda. Pero es, al mismo tiempo, una mujer penetradora, una mujer que hurga la herida abierta. Me pregunto por qué los personajes se enamoran justo en este momento. Por qué sería atractiva esta mujer. Por qué será atractivo un hombre con la nariz rota o uno haciendo gestos de dolor. Por qué el hombre herido resulta más atractivo que el que está ileso.

En Enrededados (2010), Rapunzel usa el poder de su cabellera para curar la herida del ladrón Flynn Rider, de quien se está empezando a enamorar.

El hombre herido se ha puesto a sí mismo en una posición de vulnerabilidad. Tiene una herida abierta, está rajado. Y solo así puede ser amado. La florista ciega no se enamora del millonario sino del vagabundo golpeado. Marina tampoco se ha enamorado de su raptor sino del niño huérfano. Esmeralda se enamora del Febo herido y quejumbroso y no del valiente y arriesgado. Todas, damiselas en peligro, quieren salvar al hombre herido. Y para eso, penetran su cuerpo.

Puede ser una ilusión o un consuelo, pero tal vez el hombre herido es el único que puede amarse. El único en el mismo estado de vulnerabilidad femenino. Su cuerpo, desnudo y abierto, se pone en disposición y a la merced femenina. Solo en este escenario se hace real la ilusión de salvación y de sacrificio. Solo así podría una dar la vuelta de tuerca y ser la salvadora y no la salvada. Me pregunto qué encuentra la mujer en la herida del hombre abierto. Me pregunto también si esta mujer, rajada y rajadora, es a la que aman los hombres. Ya juzgará el lector.

Gwen Stacy (Emma Stone) se da cuenta de que no soportaría perder a su amado Peter Parker (Andrew Garfield) mientras le cura las heridas en The Amazing Spider-Man (2012).

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Juliana Rodríguez Pabón
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Written by Juliana Rodríguez Pabón

Escribo de películas y series. No me paro del sofá.

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